EL PADRE PÍO DE PIETRELCINA
En una carta a su director espiritual:
“En la mañana del viernes, me hallaba todavía en el lecho, cuando se me apareció Jesús. Se hallaba de mala traza y desfigurado. Y me mostró una gran multitud de sacerdotes religiosos y seculares, entre los cuales se hallaban varios dignatarios de la Iglesia. De ellos unos estaban celebrando, otros iban a celebrar y otros habían celebrado(*). La contemplación de Jesús, así angustiado, me causó mucha pena, por lo que quise preguntarle el motivo de tanto sufrimiento. No obtuve ninguna respuesta. Pero miraba a aquellos sacerdotes hasta que, como cansado de mirarlos, retiró la vista y, con gran horror mío, pude apreciar que dos lágrimas surcaban las mejillas.
"Se alejó de aquella multitud de sacerdotes con una expresión de gran disgusto y desprecio llamándolos “macellai” (carniceros). Y vuelto hacia mí, dijo:
«Hijo mío no creas que mi agonía haya durado tres horas; no; yo estaré en agonía por motivo de las almas más favorecidas por mí, hasta el fin del mundo. Durante el tiempo de mi agonía, hijo mío, no hay que dormir, mi alma busca una gotita de compasión humana, pero ¡ay! que mal corresponden a mi amor. Lo que más me hace sufrir es que éstos a su indiferentismo añaden el desprecio y la incredulidad. ¡Cuántas veces estaba para acabar con ellos si no hubieran detenido mi brazo los ángeles y las almas enamoradas!...Escríbele a tu Padre (su director espiritual), y refiérele esto que has visto y has oído de mí esta mañana».
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Mons. Dino Marchió con masones, a los que ofició una Misa (Ver AQUÍ y ACÁ) |
19 de marzo de 1913.
(*)Nota: Obsérvese que habla en presente, futuro y pasado. Además, coincide con las revelaciones de Ana Catalina Emmerich.- (Padre Pío da Pietralcina. Lettere al Padre Spirituale. Edizione Pro Sanctitate. Roma 1970). Vista en varios sitios católicos de la red.